04.04.11

Basta. Qué me pasó todo este tiempo? Cómo llegué a estar así? Algo en mi cambio, pero hoy, hoy despierto, de aquel sueño profundo en el que estaba sumergido y veo la realidad. Hoy me doy cuenta de que, aunque pese, eso que me enamoró no existe, no existió nunca, no es real, y por más que trate de proyectarlo en esa persona, hoy se que es imposible. No va a ser nunca eso que un día fue, o creí que fue, me equivoqué, y lamento mucho que tenga que ser así, pero me equivoqué yo y tengo que asumir mis consecuencias, no supe ver bien. Es duro que así sean las cosas. Imaginate, de repente me choco con esta realidad y no sé cómo reaccionar, no sé qué hacer, e intento aferrarme fuertemente a algo, busco algo, y te encuentro a vos porque sos en este momento mi universo, te busco, y estás ahí, te busco intentando proyectar todos esos sentimientos, pero a vos no te importo, y no lo aceptaste. No sentís lo mismo, no sentís nada. Entonces me es difícil no poder aferrarme a vos, no poder tenerte. Y es cuando todo eso desaparece. O acaso se lo voy a poder dar a alguien más? No, nunca. Eso se pierde y me voy quedando sin esos sentimientos poco a poco. Y mientras más pasa el tiempo, más y más te quiero y necesito. Te necesito para estar bien. Pero no estás y no te tengo, y cada vez me voy acostumbrando a estar de esta manera, me obligas a no sentir. Esta herida que dejaste está abierta y está sangrando, y no sé ni qué hacer, ni a dónde ir. No tengo a donde ir. El tiempo me va a decir, me va a indicar. Pero mientras tanto qué hago? Cómo sigo así? Decime, por favor, de vos nada me queda y solo no puedo. Ya no queda nada de lo que un día nunca fue, pero que pudo haber sido. Ya no hay mundo, no hay dios ni hay fe. No hay esperanzas. Hay duda, oscuridad y desconcierto. Hay decepción. Es todo lo que hay a mi alrededor. Pero aún así no puedo evitar pensar cuanto te quiero, cuánto te aprecio, todo lo que para mi significas, como te quiero en este momento justo al lado mío viendo como estoy escribiendo esto pensando en vos, faltando a mi palabra y a mis principios, sos todo. Aun así no se bien como sos, no te conozco realmente. Te estoy viendo que estas enfrente mío pero con toda esta espesa neblina no te puedo ver. Por ninguna persona sentí tanta pasión junta, tantos sentimientos, todos mezclados, como lo que sentí por vos. Es que de eso se trata la pasión, cuando se va, duele, deja marcas que se sienten hasta en lo más profundo. Pero por suerte el huracán ya pasó, y ya dejé de sentir, de sentirte. Ahora acá queda nada más que destrucción, escombros, vestigios de lo que algún día sentí, no supe ver. Es que lo que en realidad importa es que lo que uno siente no implica nada más que a uno, implican al entorno, al resto, y a vos. Cuando uno arroja una piedra al agua, las ondas se sienten hasta en la orilla y éste caso no es la excepción, y me implica a mí. No te importó todo lo que sentía, lo rechazaste, igualmente no te culpo. Fuiste mucho y lo seguís siendo. Pero tengo que agacharme y seguir así, no queda otra opción. Y si alguna vez llegas a arrepentirte, por favor no te des vuelta, no mires atrás porque no voy a estar más acá, porque ahora sé de lo que sos capaz de hacer en mi. Hoy me voy de acá, voy a buscarte en otras personas, ya sin la esperanza de encontrarte, pero tengo que irme. Te deseo lo mejor y deseo también que puedas elegir mejor que yo, mejor que lo que yo elegí una noche de enero, maldita noche de enero. Hoy, desperté de ese sueño profundo y veo la claridad.

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