Qué es la normalidad? Qué hace que sea como es la normalidad? Qué la determina? Qué es lo que hace que a las personas les guste determinadas características de una persona, que le de asco o repugnancia alguna cosa, que sienta pena por alguien, que sienta cosas? Qué o quién determinó los sentidos, las sensaciones? Es a lo largo del crecimiento de una persona que empieza a crear esa barrera de represión propia? Qué determina lo que está bien y lo que está mal? Que a lo largo del tiempo puede variar, que cambia con los años. Entonces, ya no podemos decir con certeza que algo, algún acto esté del todo bien, o del todo mal, porque posiblemente en algún momento pudo haber sido correcto, o con el paso del tiempo lo va a ser. Estos actos tienen características que, llevan al juicio propio o de alguien más. Pero qué pasa cuando no tenemos todas las características necesarias para realizar el juicio? (de más estaría decir que, partiendo de la idea que se tenga del acto y en el contexto histórico que fue realizado) Entonces empezamos a prejuzgar. Cruel y arbitrariamente afirmamos (o negamos) cosas de las que no estamos seguros de su veracidad. O no queremos estar seguros, que es peor. Es cuando no se quieren o no se aceptan las características, se desea llegar al juicio propio y arbitrario, al fin, aunque nos cueste la veracidad. Andamos por la vida prejuzgando, a veces conscientemente, a veces inconscientemente, a veces con motivos y a veces sin motivos. Qué es lo que logramos teniendo el juicio? En mi opinión, logramos la razón, logramos tener la verdad, ser dueños de ella. Alimentamos así nuestro sediento ego propio. Nos hacemos cargo de nuestras palabras pero en ocasiones no aceptamos las consecuencias, cuando son malas. Cuando nos contradicen y tienen razón, porque ellos fueron más precavidos y si encontraron motivos, quizás más o quizás mejores. Y ahora ellos son dueños de la razón y van a defenderla, de nosotros o de otros, con sus motivos y su habilidad para hacerlo, en caso de que exista tal habilidad. Así, de ésta manera, vamos alimentando los apetitos propios, no necesarios y no naturales, pero apetitos al fin, porque por naturaleza el hombre los tiene y va a querer llegar a satisfacerlos. Son las necesidades del alma. A diferencia del cuerpo, más fuertes, aunque menos necesarias, y más placenteras. En mi opinión si son y muy importantes, aunque no para mi.
Así es como la sociedad anda, sigue su camino, cada persona, en general claro. En cada momento están en la disputa de su verdad, su razón, con sus habilidades y motivos. Logrando o no satisfacer el apetito y quedar conformes. Y sinceramente siento que no soy parte de eso. Trato de no emitir juicios, sino mi opinión, no entrar en el conflicto, aunque defendiendo mi opinión y aceptando verdades, siempre y cuando estén bien fundamentadas. Si podemos luchar contra eso que está dentro de nosotros, posiblemente lleguemos a algo más, y el día a día será tan leve para todos como lo es para mí, o como trato de que sea. Creo que el cambio es posible, aunque va a ser difícil y, por sobre todo, lento. Hoy, creo que es posible.
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